martes, 9 de septiembre de 2008

Una historia curiosa

Cuando uno vive en un lugar llega a conocerlo bien. Dónde comprar, dónde comer, dónde sentarse a descansar, dónde tomar algo, dónde pasear, dónde cenar, dónde hacer la compra,... En definitiva, ubica los puntos donde puede satisfacer sus satisfaciones.


Yo, en León, voy creando mi capa de puntos y construyendo la topología. Suelo comer en frente de mi casa, en una fritanga, que es como se denomina a las casas que ofrecen comidas. Los mejores huevos, por 15 córdobas, los consigo a una cuadra al Sur y 10 baras al Oeste. Las mejores limonadas en Sacuanjoche, eso sí, dile que no te echen sal. Para comer pescado has de ir al Patio de Doña Elena. Para salir, se está muy agusto en Solera. Si lo que te gusta es la trova cubana tu lugar es la Taberna de Mau, los jueves, donde Julio nos regala sus bellas versiones de las canciones de Silvio Rodríguez.


Los mejores frescos que he probado en León son los que se ofrecen en una casa que se encuentra pared con pared de la facultad de Derecho de la UNAN de León. Oí hablar de este sitio a mi compañero, me dijo que una amiga suya había comprado un rico fresco de banano en una casa. Me comentó que pedías el fresco y, mientras lo elaboraban, aguardabas sentado en una abuelita. Era un lugar que había que conocer, y así lo hice. No paré hasta que di con él. Es un lugar muy agradable, la señora ya sabe lo que quiero, "un fresco de cacao sin canela", yo a cambio le doy 10 pesos. En mis esperas, mientras me mezo en la abuelita, examino las partes de la casa que se divisan. Me llamaba la atención los cuadros de arte moderno, así como un cartel de una película, Fire from the mountain: The making of a sandinista.


Siempre pensé que era una casa sandinista, que tenían contactos con intelectuales, pues los cuadros que hay allí me gustan y un día pregunté por ellos, y me dijeron que se los habían regalado. Ayer, mientras ojeaba las paredes de la casa, me llamó la atención la presencia de un título de licenciatura en Derecho, Omar Cabezas Lacayo. Le pregunté a la señora si conocía a Omar Cabezas, y ella me respondió "soy su mamá". Me quedé gratamente sorprendido.

Unas semanas antes me compré unos cuantos libros sobre Nicaragua. Uno de ellos era Canción de amor para los hombres, de Omar Cabezas, un conjunto de relatos sobre la Revolución Sandinista. Este hombre fue un destacadp miembro del Frente Sandinista y participó activamente en la Revolución. Paralelamente, desarrolló su labor de escritor. Actualmente es el defensor del cumplimiento de los Derechos Humanos en Nicaragua.


Para mi, el lugar de los frescos, siempre me había gustado mucho. Se encuentra en una de mis calles preferidas de León. Las personas que han compertido conmigo estancia en Nicaragua saben del aprecio que tenía de aquel lugar. El ir a la casa, esperar en la abuelita, aquellas pinturas, la señora, el sonido de la batidora y, como no, los frescos, que son riquísimos. Ahora le tengo más aprecio aún, pues es la casa de la mamá del autor de un importante personaje, autor del libro que estoy leyendo.


Esta casualidad viene a sumarse a los factores que generan en mi un pensamiento de que Nicaragua es un país pequeño, y, por lo que no es complicado conocer a gente que tiene o ha tenido cierta relevancia en el país.

2 comentarios:

Mari trini dijo...

Soy mari trini, me ha encantado leer "Una historia curiosa" me parece una experiencia maravillosa y muy enriquecedora.Me gustaria conocer la ciudad de León y sus gentes.

Sigue escribiendo así.Un abrazo
Mari trini

Anónimo dijo...

Hola! Soy Esther. Hacía mucho que no pasaba por aquí... me he quedado alucinada! Si cuando algo te dice que una calle es especial... al final acabas encontrando una razón. La calle del señorito Ignacio... jeje, aunque sea oscura y dé miedo por las noches ;) Jo, qué rabia! Y yo ya no estoy allí! En serio, cuando he leído la historia se me ha hecho un nudo en el estómago, y casi me he puesto a llorar. Es que a veces me parece que todavía estoy allí... y después abro los ojos y descubro que no, que estoy a miles de kilómetros...

Me das mucha envidia... aprovecha muchísimo, que un mes se pasa volando. Un besazo!!

Esther