martes, 12 de agosto de 2008

Mi cámara de fotos ha muerto. Lo descubrí el otro día en Granada. Excitado por la belleza de su arquitectura pretendía tomar unas instantáneas y al sacar la cámara de su funda me encontré con que la pantalla estaba rajada, fracturada. En un principio pensé que podría ser un efecto óptico, pero cuando la encendí quedó patente la fatalidad.

Y como las desgracías nunca vienen solas. El domingo por la noche, a la vuelta de mi periplo de fin de semana, al pulsar el botón de encendido de mi portátil descubrí que estaba estropeado.

Estoy a la espera de una vista a la tienda de Kodak para que me dispensen el certificado de defunción de mi cámara. Respecto al portátil llamé a los servicios informáticos de la UNAN León pero no he recibido respuesta.

Mis caseros viajan a Estados Unidos la última semana de agosto. Allí los aparatos tecnológicos son bastante más baratos. Ante el lamentable estado de mi cámara se han apiado de mi y se han ofrecido ha traerme una cámara. Lo prefiero ante un favor que te hace el amigo de un amigo.

Me he decantado por LUMIX. En concreto estos modelos:

DMC-FZ50 600e

DMC-FZ18 400e

DMC-FZ8 300e


Se aceptan propuestas y opiniones