Reserva Natural de Miraflor

Este fin de semana nos decidimos a ir a la Reserva Natural de Miraflor. Para ello cogimos un bus en la terminal de autobuses de León dirección Estelí. Entre el calor, las hordas de vendedores y los intentos de engaño para que te montes en cualquier bus y sueltes la plata, entras aturdido al vehículo. 60 córdobas por un pequeño trozo de asiento en el que es imposible caber. Invertimos algo más de 3 horas, y eso que es un Expresso. El viaje se ameniza con la música, el paisaje y charlando con tus compañeros de asiento. A los nicas les encanta conversar, platicar es como ellos le llaman. Me preguntan por España, cómo se vive, en qué trabaja la gente, cuál es el clima, qué se come; también hablamos sobre el país, la dura situación, la religión, algo de política. Es un bonito intercambio. Incluso puedes llegar a hacer amistades.

Cuando llegamos a Estelí prácticemente ha anochecido. Todo el mundo nos cuenta que es una ciudad peligrosa, sobre todo en la periferia y en las inmediaciones de la Panamericana. Posteriormente descubrimos que no es tan peligrosa, pero hace 5 años sí, había 300 bandas y hoy solo unas 20. Según nos contó nuestro guía la situación era muy jodida, cuenta que le pegaban le pedían dinero para pasar a su barrio, a la salida de la escuela. Se planteó entrar en una para poder sobrevivir, estuvo a punto de ingresar, pero no lo hizo. Esta reducción no ha sido a través de la represión policial, sino con la integración de las bandas en la sociedad. El plan ha sido crear equipos de fútbol y ligas. Es necesariop indicar que Estelí cuenta con uno de los mejores equipos de fútbol del país, el Real Estelí.

Nuestro objetivo es llegar al alojamiento que habíamos reservado. Hotel Miraflor. El nombre no le hace justicia. Feo, interior y poco luminoso. Doy fe de lo que recoge la Lonely Planet, "colchones de espuma". La cama es incómoda y dura, es como dormir en el suelo. El baño es sucio, el inodoro no tiene tapa y la ducha no está separada por ninguna cortina, es necesario usar chanclas si uno no desea volver con hongos en los pies. La verdad que auque no tiene tele uno no se aburre. Las polillas amenizan la estancia. Enormes polillas, una de ellas era mayor que un murciélago, cuando la vi empecé a creer en la leyenda del chupacabras. Mis compañeras se atemorizan ante semejante animal. La dueña del hotel, al oír los gritos de pánico entra, escoba en mano, en la habitación. Con más ganas que habilidad intenta aniquilar a la alimaña. Se posa en el fluorescente y la señora le da un escobazo, que tiene comop resultado la muerte de la polilla y la del fluorescente que iluminaba nuestra habitación. Nos quedamos sin luz. La dueña del hotel, para paliar el daño nos ofrece una lámpara publicitaria de cerveza giratoria. La enchufamos y aquello se pone a lucir y girar. La situación es surrealista y muy cómica.

Tras acomodarnos, quedamos con Maqui, una señora fantástica, presidenta de la ONG No te quedes al margen. Ella trabaja en la UAM, arreglando los problemas de los investigadores foráneos que acuden a nuestra amada universidad. Es un encanto, un cielo de mujer. Nos invitan a ir al día siguiente a la inauguración de un pozo y un depósito que han llevado a cabo en la comunidad de La Sirena. Decimos que sí. Tras este encuentro nos recomiendadn ir a cenar a un restaurante cubano. Cenamos de escándalo, yo tomo una mialnesa de pollo, no les quedaba carne de res. Una de las mejores comidas que he catado en tierras nicas. La pena es que estaban hasta arriba de trabajo y no pude tomer un daiquiri.

Al día siguiente nos despertamos. Hemos quedado con ella y sus chicas en el Hotel Los Arcos, que surge como una iniciativa de una ONG para recuperar a chavalos con serios problemas. Viajamos en el vehículo de Mairo a la La ONG aporta financiación y asesoramiento técnico y la comunidad aporta la fuerza de trabajo. Allí acuden vecinos, lideres de la comunidad y concejales. Todos están contentos y felices. Ha sido una bonita experiencia.

Habíamos quedado con Leopoldo, Polito para sus amigos, auqnue el prefiere que le llamen Leo, en la terminal Norte de autobuses de Estelí. Cogeríamos el bus de las 12:00. Los agarramos de casualidad, el ya esta dentro. Tardamos una hora en llegar a la Reserva.

La Reserva de Miraflor tiene 3 zonas en función de la altitud: baja, media y alta. La zona baja es similar a una dehesa extremeña en primavera. Me recuerda a mis estnacias en Extremadura en Semana Santa. La zona media es más boscosa y húmeda, aunque también hay ganadería cada vez hay más bosques. Y la zona alta es muy húemda y boscosa. Es nebliselva. Hay muchísima vegetación, las epífitas pueblan la totalidad de los troncos de los árboles (roble encino, matapalo, etc.). Es muy frondoso. También hay cultivos, plátanos y cafetales. La tarde la dedicamos a buscar alojamiento y visitar un cafetal. Tras vistar varios lugares para dormir nos decantamos por la Casa de Comanejo porque es gratis por ser cooperantes que trabajan en la UNAN, a pesar de ello decidimos dar 2.5 $ por persona como colaboración con la Reserva y la Comunidad. He de decir que el alojamiento que más nos gustó fue Finca Neblina del Bosque, 25$ por persona al día con las tres comidad. También visitamos un cafetal ogránico, lo que nos hizo mucha ilusión porque no conocíamos esta planta. És un cultivo totalmente sostenible, se cultiva bajo la sombra de plataneras y árboles del bosque. La producción es mínima y conlleva numerosos cuidados a lo largo del año y una esmerada recolección. El resultado es un café extraordinario.

Por la noche cenamos en Finca Neblina del Bosque. El lugar lo regenta una pareja nica-alemana. Desde hace tres semanas son madre y padre, el niño es una cosita chiquita. Justo al llegar al lugar empieza a caer una lluvia impresionante, tuvimos suerte. En la cena conocemos a un simpático diplomático sueco. Con el conversamos sobre el país. Fue una velada muy agradable. Nos invita a volver con él hasta Managua el domingo en su vehículo del cuerpo diplomático.

Al terminar de cenar llegan al lugar 6 compañeros. Con ellos habíamos quedado allí, debían coger el bus de las 4 en Estelí. Supusimos que lo habían perdido al acudir la gente del bus y no aparecer ellos, pues yo no tenía batería en mi celular y Leo no disponía de saldo, y solo había cobertura en dos puntos en 7 kilómetrso de camino. De repente aparacen, en medio de la tromenta, como una aparición. Cenan y nos vamos a dormir. Tardamos 30 minutos en llegar. No hay luz, tenemos que ir con linternas y el camino está embarrado y encharcado.

Nos disponemos a dormir. Los chicos que tarbajan en la casa de Comanejo lo habían prepado todo. Hace frío, peor el cansancio hace mella y caigo rendido. Previamente, Leo saca un puro y nos lo fumamos entre los dos. Es suave, está muy rico. Leo, nuestro guía, es un joven cafetalero de la comunidad. Vive en Estelí y se gan ala vida como puede, bien como gúia turístico, o como vendedor de puros. Es una persona con cierta cultura y con la que puedes conversar de cualquier cosa. El año pasado estuvo en España, en Madrid concretamente, mediante un acuerdo de cooperación para recibir formación. Es un gran entendido en café y puros, estuvo trabajando 2 años en una fábrica de habanos de Estelí. Tienen 24 años, tiene una niña de 2 años y está separado.

Al día siguiente nos dipsonemos a hacer un recorrido por el bosque. Nuestra intención es ver el quetzal, pero no lo logramos porque hace falta mucho timpo para internarse en la espesura. De todas maneras, paseamos por la nebliselvam disfrutando de las órquídeas, auqnue solo vimos 2 en flor, las bromelias, los grandes árboles, sobre todo el matapalo, una especie parásita que crece sobre otros árboles, asesinándolos. Llega a tener unas dimensiones muy notablesm, hasta 70 metros. Es precioso, aunque algo incómodo para andar por el barro.

A las 12:00 terminamos. Descansamos en la finca de las cabañas, nos sentamos viendo el bonito paisaje y los coilibrís que allí se acercan a un bebedor especial para ellos. Es un placer. Tras comer, viajamos en coche a Managua con el diplomático sueco, una persona muy amable e interesante.