martes, 29 de julio de 2008

El Hoyo y Laguna Asososca

Conocí a Doña Consuelo casualmente en la Universidad. Yo estaba en el despacho de una profesora, y ella fue una de las numerosas personas que allí entró a lo largo de la mañana, me la presentaron al igual que las otras gentes que entraban en aquel lugar. Ella venía para comentarle a la profesora Ana Zavala que estaban formando una cooperativa de ecoturismo en su comunidad, Miramar, que pertenece a Chacaraseca.

Decidimos pasar allí el fin de semana Estrella del Mar, David, Marta y yo. El objetivo era subir al volcán cerro del Hoyo e ir a la laguna de Chacaraseca. Aquellos que queráis conocer las caracter´siticas geológicas de esta zona que pinchen aquí.

Nestor, el marido de Doña Consuelo, que trabaja como conductor de microbuses y taxista, nos llevó. Fue una odisea dar con él, pues habíamos quedado en la Terminal de Autobues, que es uno de los mayores caos que he visto en mi vida: centenares de vendedores vociferantes ofrecen sus mercancias (agua helada, agua helada, agua helada; quesiiiiiiillo; etc). Pero al final lo logramos, y llegamos allí a Miaramar a la hora de comer.

El primer día dimos un pequeño paseo y estuvimos conversando con nuestra anfritiona. Doña Consuelo es una mujer de fuertes convicciones morales y religiosas. Emigró a EStados Unidos, estuvo viviendo en Nueva York 25 años, y regresó hace unos años a su Nicaragua natal. Desde hace dos reside en la comunidad de Miramar. Me sorpendió como ha sido capaz de adapatarse al enorme cambio de Nueva York a la comunidad, pues las comodidades son bastante menores, no hay agua corriente ni alcantarillado. Es neceserio potabilizar el agua, uno se baña con un barreño y las necesidades se realizan en una letrina. Esos sí, Doña Consuelo es una persona muy limpia, y las condiciones son menos adversas. En su casa nadie se aburre, pues allí vive Goyo, el perro, unos cuantos gatos y las parlanchinas loras. No todo el mundo vive así, pueden llegar a comaprtir vivienda de 50m2 hasta 30 personas, en unas condiciones bastante duras.

Al día siguiente nos levantamos a las 6 de la mañana,, listos para la dura marcha que nos esperaba. León y Ángel fueron nuestros guías. Hicimos la ruta a caballo y a pie. Llegamos a la base del Cerro del Hoyo a lomos de los caballos, y luego fuimos andando hasta la base del cráter, el Hoyo. Desde allí las vistas son espectaculares, se ve el lago Managua, el Momotombo, el Momotombito y otros volcanes menores. Allí comimos una rica comida que nos había preparado Consuelo. El hoyo es uno de los cráteres del volcán, y es muy curioso porque está en la ladera, y parace como si se hubiese producido por el impacto de un proyectil.

Tras la comida nos dirijimos a la laguna de Asososoca, una laguna de origen volcánico. Es un lugar idílico, rodeado de vegetación, es un paraíso. Y tras estar en la laguna y probar la efectividad de las pastillas potabilizadoras regresamos a la comunidad. Ya estábamos bastante cansados y nos dolía el cuerpo de montar a caballo. Acabamos rotos, pero satisfechos por lo que habíamos visto. Fueron algo más de 25 kilómetros.

Para ver las fotos ver mi galería de Picassa

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